La Ley de Inclusión Laboral convertida en acciones

Las empresas del sector privado así como las instituciones públicas deberán realizar cambios importantes en sus diferentes estructuras, para convertir esta Ley en acciones concretas.

Todas las empresas que tengan más de 100 trabajadores deberán acondicionar sus espacios para recibir al menos un 1% de personas con discapacidad en su nómina, estas personas desempeñarán cargos para los que están preparados y ofrecerán un servicio a las empresas por el que tendrán una remuneración digna. Pero la Ley de Inclusión es más que palabras y se transforma en acciones concretas.

Estas acciones van desde acondicionar su infraestructura, incluyendo rampas de ingreso para las personas que se trasladan en sillas de ruedas, acondicionar los baños, acondicionar puestos de trabajo para garantizar la seguridad de los nuevos miembros de estas empresas. Son algunas de las acciones concretas que deberán llevar a cabo.

En el caso de asignar personas con discapacidad a puestos administrativos, deberán ajustar los equipos computarizados con sistema de Braille para invidentes, así como también utilizar la lengua de señas digital para las personas con discapacidad auditiva.

Para las empresas que ofrecen alimentos a sus trabajadores deberán tomar en cuenta las dietas especiales para las personas con discapacidad, como ofrecer alimentos para personas celiacas, sin gluten, entre otras cosas.

Acciones concretas, se traduce en preparar espacios para recibir a las personas con discapacidad y además reajustar el ambiente laboral, a través de las campañas de aceptación entre los diferentes miembros de las organizaciones.

Las condiciones de seguridad son otra arista a la que habrá que ponerle la lupa, pues al tener personas con necesidades distintas deberá cumplirse con todo lo reglamentario, pero no solo resguardar la seguridad física sino también la seguridad emocional, propiciando espacios sanos de trabajo para las personas que serán incluidas.

Para generar un clima organizacional positivo tanto para la persona con discapacidad que se unirá a la empresa como para los demás colaboradores, es necesario informar correctamente a todos sobre la nueva incorporación, dando a conocer al equipo todo sobre la discapacidad de su nuevo compañero de trabajo.

Se recomienda asignar un tutor especial para las personas con discapacidad intelectual, esto debido a que el tiempo de adaptación no es el mismo en todos los casos y si lo que se busca es un trabajador exitoso será necesario hacer algunos esfuerzos.

En cada uno de los casos deberá existir un tiempo y proceso de introducción, en la que el nuevo ingreso recibe la información de la empresa y la empresa conoce y aprende a trabajar con la persona con discapacidad, propicia espacios agradables y de confianza y además integra de manera positiva a la nueva persona al equipo.

Será necesario hacer seguimiento, que al principio puede ser estrecho pero que con el tiempo se volverá esporádico si la nueva persona está formada para el trabajo que se le asigne, es por ello la importancia de asignar a las personas con discapacidad en una tarea en la que estén preparados de manera profesional o que tenga la capacitación necesaria.

No se trata únicamente de darle un puesto a una persona con alguna discapacidad para rellenar un espacio o cumplir una Ley, sino traspasar esa frontera de prejuicios y abrir los espacios físicos, psicológicos y sociales que sean neconcretas.

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